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miércoles, 23 de abril de 2014

Este jueves, un relato: Personas


                       "Cuando hablo solo, es siempre en plural.
                                        La máscara de tantas caras que no sé sacarme.
                                     La máscara me protege. Duermo en la calle".





Es fácil ubicarlo, siempre transita las mismas calles y para en las mismas banquetas. Su entorno es esta ciudad que nos ahoga de antipatía y de falta de sensibilidad. Lo vemos como un extraño, lo juzgamos, lo creemos loco, le sacamos la vuelta. Es igual a mí, igual que tú, la diferencia es que él no tiene hogar, ha decidido que su morada sea la calle. No lujos, no comodidades, no pertenencias. Pero él así lo eligió. Benito quiso dejar de ser lo que era y perderse; o más bien, encontrarse. Porque se había convertido en algo que no quería ser; ya no era feliz. ¿De qué le sirvió tanto dinero, tantas propiedades que sólo lo hundieron en el gran pozo de la infelicidad? Quiso perderse y encontrarse. Quiso ser un Benito libre aunque callejero. Pero ya nada lo ataba, su gran carga poco a poco había sido liberada.

Detrás de esas manos sucias, de esa barba de días, de esos harapos, nadie podrá imaginarse que Benito era actor, un gran actor que poco a poco ganó la fama que muchos envidiarían, alimentaba el ego con aplausos. Pero en el fondo, una esposa manipuladora e infiel lo esperaba en casa sólo para exigir comodidades y lujos; unos hijos engreídos que el dinero iba moldeando. El amor estaba ausente en esa gran casona en la que ya no quedaba olor de hogar, sus moradores apenas conversaban y cada cual vivía su propia vida. Benito no soportaba tanto egoísmo y se sentía despreciado por los suyos, así fue cayendo en la desgana y la apatía y dejó de preocuparse por su trabajo. Su representante, al verlo hundirse sin remedio dejó de buscarle papeles en las obras importantes y luego también en las de barrio, al final dejó de llamarlo totalmente.

Benito salió un día de casa y ya no volvió. Escasea hasta de lo imprescindible pero vive tranquilo sin tanto parásito chupándole la sangre. A veces se le oye recitar y muchos dicen que de noche, en sueños, declama con una soberbia entonación.
 
 
 
Esta semana de relatos, me ha tocado trabajar en pareja con Leonor, haciendo de esto una bonita experiencia. Te invito a leer más relatos de Personas con Juan Carlos.
 
 
 
 

17 comentarios:

Sindel Avefénix dijo...

Muy buena historia, a veces lo material no hace a la felicidad, sobre todo cuando uno está rodeado de gente tan fría.
Quizás así sea más feliz y más libre.
Un beso.

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Buen texto, interesante trabajo a cuatro manos.
Pero no puedo creer que sea una demostración de libertad.
Si hubiese sido realmente libre, hubiese continuado siendo actor, tal vez se habría ido de su casa. Y habría intentado influir positivamente sobre sus hijos. Pero eligió una salida fácil, casi tanto como seguir en esa situación.

María José Moreno dijo...

Habéis engarzado una excelente imagen con un texto demoledor que conlleva la soledad del que se siente incomprendido en compañía y prefiere la paz y la soledad de los harapos para ser feliz. Felicidades

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Reitero el comentario dejado en el blog de tu socia!
=)

Cuando uno se pone a pensar qué habrá motivado que cada una de esas personas que viven en la calle hallan llegado hasta esa dejadez en su existencia, suelen surgir estas opciones imaginadas que buen pueden haber sido al causa real de esa situación a la que tantos han arribado. A otros, simplemente, la vida los trató mal y no les dio la oportunidad de insertarse en la sociedad.
Un muy buen texto hilado a cuatro manos que he disfrutado leer.


Felicitaciones para ambas!

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Bien pudo ser así. Hemos coincidido en lo básico. Y es que el dinero a veces no da la felicidad sino la desgracia, como al pobre Benito se la trajo.
Bien trabajado

Gaby* dijo...

Las felicito a Leonor, y a ti Azulia por la historia que nos ofrecen...
Una imagen que inspira pobreza, abandono, y un trasfondo que pocos podríamos imaginar. Una elección valiente dentro de todo, pero seguro que necesaria a juzgar por la decepción que le ofreció su entorno.
Besos!
Gaby*

LAO dijo...

Un lindo y aleccionador relato Azulia .......

Maria Liberona dijo...

Genialllll !!!! FELICITACIONES !!!!!! uufff que relato me ha encantado , la verdad es que creo que muchas veces sucede

Anónimo dijo...

Magnífico relato. Una opción de vida difícil, muy difícil de elegir. Es necesaria una enorme dosis de valentía y coraje para dejar la seguridad y estabilidad por la incertidumbre.
Habeis elaborado un buen relato.
Un fuerte abrazo.

Loquita Diplomada dijo...

Hola Azulia, vengo del blog de tu compañera de relato y comparto el comentario que le deje a ella, porque es valido para ambas:
Bien dicen que el dinero no hace la felicidad.
Benito buscó su propio camino hacia la libertad, solo podía confiar en sí mismo. Mejor solo que mal acompañado.
Muy buen relato! Las felicito a las dos!
Un beso!

Juan Carlos Celorio dijo...

Habéis sacado ese carácter de persona que a veces no vemos en los vagabundos. Ese pasado que a veces parece increíble hayan tenido para crear una historia completa y con ese final, en que vemos al hombre declamando con soberbia entonación.
Besos a ambos.

Mamaceci dijo...

Seguramente a vuestro personaje lo acompaña alguna "inestabilidad" emocional, que es el cuadro que suele completar a estos personajes que eligen esta vida, ya que me parece hay que tocar fondo para sentir que no se cuenta con otra alternativa.
Las felicito Leonor y Azulia, nos han dejado un conmovedor relato de jueves!
Abrazos

Auxi Gonzalce dijo...

Os voy a contestar con un proyecto realizado por Fast Company que trata responder a una incómoda pregunta: ¿Conocerías a un familiar si fuese un indigente y te cruzases con él en la calle?

https://www.youtube.com/watch?v=u6jSKLtmYdM

rosa_desastre dijo...

A pesar de la cruda historia de Benito, que ternura en la descripción y que pena de "benitos" que pueblan las calles y ni siquiera nos paramos a mirar....
Un beso

rosa_desastre dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
yessykan dijo...

Hola, Azulia. No sé qué paso con mi comentario anterior. Tu fuiste una de las primeras que comente. Y bueno, acá va nuevamente.
Me encanto el relato, ambas lograron la magia para definir a este personaje. Me gusto. Es una conmovedora historia, la disfrute leyendo.
Abrazos

ibso dijo...

Dejar atrás todo es una forma más de evadirse de la realidad. Tal vez en al calle encuentre la felicidad, pero no me convence que una persona deba abandonar su vida para encontrarla, es como si se negara a sí mismo, como si se derrotara en vida.

Pero esta es una opinión de alguien que no ha tenido que elegir en una encrucijada como la que narras, y mi criterio puede estar errado.

Un saludo.
ibso

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